Rinos en el Parque

Valmori Tinieblas
3 min readMay 3, 2023

En el parque hay Rinocerontes. Invité a Luma a mi casa. Hay una barda en la parte trasera. Nos trepamos y vemos a los paquidermos. Ellos están de fiesta, están bravos. Los vemos y nuestros ojos se llenan. Sonreímos. Abrimos grandes las bocas como si estuviéramos en el zoológico. Un estruendo. Una sacudida. Uno de los rinocerontes que bailaba ska, en su delirio tremens de violencia contenida atraviesa la barda de ladrillos en la que estamos. Baila tan duro y tiene tanto impulso que también atraviesa la sala. Cachitos de vidrio saltan. Se lleva los sillones viejos con el tapiz verde olivo, amarillo y magenta.

Se estrella con la pared de madera. Se para, se le olvidó el ska. Ahora nos mira. Deja de tener alma rumbera, hace comunión con su alma animal. Ve el extraño arco debajo de nosotros, saca humo de sus fosas rinocéricas nasales. Una patita la levanta y la deja caer firme, pesada, amenazante astillando una tabla suelta que por ahí estaba. Luma se da cuenta que no está enojado. Está jugando. Por las extrañas circunstancias no pudimos ver bien que no era solo un Rino. Un solo Rino no podría hacer tantos desastres. Eran dos los que estaban dentro de la casa.

Metí a Luma a escondidas. Antes de la fiesta de los Rinos. La escondí primero en la recámara de mi hermano. Pero lo hago mal, porque me cachan. Mi mamá y Ruby se dan cuenta. Entonces la llevo al mío, ya como una invitada normal y no como un polizón. Todo esto sucede antes de la fiesta de los Rinos.

Puede ser que sean los dos Rinos que están dentro de la casa, o puede ser que hayan hecho unos chiflidos o gruñidos o algo que haya llamado a toda la banda, porque desde mi recámara podemos ver como los Rinos atraviesan la casa de lado a lado. Desde mi ventana Luma y yo vemos que sale uno y otro y otro. No se cómo pero la casa se sostiene y debajo pasan los Rinos. Salen con polvo, con Arena del Sahara envolviendo sus pieles grises y gruesas.

Luma se va. O eso es lo que pienso porque regresa por mi. Trae mochila, botas, cuerda, un casco con un foco. Equipo para explorar cuevas pienso. Nos vamos. Salimos de casa de mis padres. Dejamos el cuarto, la barda de ladrillos, la fiesta de los Rinos atrás y llegamos a otra casa que está a lado de un lago. Parece como si fuera el Amazonas, porque hay árboles, follaje, verde intenso y profundo.

Algo pasa porque de la vegetación empiezan a salir muchos animales. No es una estampida. Pero salen y se echan al agua. Tal vez Moises los llama y el camino para llegar es por el lago. Veo jirafas, me acuerdo de las jirafas. Y también vamos para allá empezamos a seguirlos. Una reja de malla bordea el lago y caminamos el perímetro. Hasta que nos encontramos con unos baños públicos. Luma me dice que ella siempre nada y aprovechando el lugar se cambia, se pone su traje de baño. “Yo siempre nado”. Entonces vemos a la guía. Pensamos que la guía también va a nadar. Que va a tomar vuelo, o se va a cambiar y nos va a abrir paso entre los animales. Pero en lugar de eso saca un churro de mota y fuma. Es para agarrar valor.

A lo lejos, nubes de lluvia, nubes oscuras, relámpagos. Frente a nosotros el agua y los animales todos nadando en la misma dirección, alejándose de la tormenta.

--

--

Valmori Tinieblas

How to be human and embrace emotions even if you hate them? guide. Content addict. Ex crypto follower. Chocolate Chip Cookies are everything.